A la hora de seleccionar un
espacio a intervenir, he reflexionado en cómo podría ser mi aula ideal.
He pensado en mi aula como
un espacio amplio con diversas ventanas que permitan el acceso de luz del
exterior y una puerta grande y abierta a otros agentes de la comunidad
educativa. Con estos elementos, intentarían evitarse los ruidos que pueden
llegar del exterior en caso de que puedan entorpecer el ritmo de aprendizaje, o
el exceso de luz natural que dificulte la visión en aparatos tecnológicos o
pizarra.
Dicha aula la estructuraría
en diversos ambientes de aprendizaje (ciencias, lectura, emociones, juegos,
historia, tecnológico, etc.), en la que los alumnos encuentren diferentes
recursos para poder aprender a través de la experimentación y el contacto entre
ellos. Estos recursos serían siempre adecuados al nivel de los discentes.
El ambiente tecnológico
contaría con la presencia de un ordenador y una Pizarra Digital Interactiva. Además,
encontraríamos una pizarra tradicional en caso de que sea necesario escribir en
ella.
También tendría mesas de
madera para los alumnos dispuestas en forma de U para favorecer el desarrollo
de debates y asambleas, aunque dicha disposición podría cambiarse a la hora de
abordar actividades en grupo.
Por otro lado, las paredes
serían el lugar donde colocaríamos carteles relacionados con distintas épocas
del año, conceptos escolares, murales, trabajos o recortes de noticias que los
alumnos consideraran de interés. Dichos carteles podrían renovarse en función
de las necesidades de los estudiantes.